miércoles, 30 de enero de 2008

La televisión como recurso educativo. Retos y dificultades para su uso en la escuela.

La televisión como medio educativo abarca todos los contextos de la sociedad y es un tema abierto para discutir y comprender entre todos, ya que no abarca sólo al ámbito escolar.

La influencia de la televisión en la infancia provoca muchas opiniones bastante variadas sobre este medio audiovisual, creando confrontaciones en la sociedad. Es muy habitual oír debatir a la gente si la televisión es buena o mala para los niños, los efectos que puede tener la televisión sobre el comportamiento y los conocimientos de los niños, etc. estas cuestiones expresan las preocupaciones existentes en la población, debido al gran consumo de televisión que los niños reciben en la actualidad.

El buen uso de este medio como material educativo, depende de cómo se use tanto por parte del alumno, como por parte del docente y por parte de los padres.

El contexto escolar es un espacio en el cual los estudiantes de magisterio se pueden plantear una serie de cuestiones de cómo se debe emplear la televisión para que nos sirva de ayuda cultural en continua reconstrucción dentro de la escuela.

Existen dos cuestiones que parten, en primer lugar, de la comprensión de la televisión como medio cultural que se reconstruye por la interacción de la comunidad educativa, intentando comprender de qué forma influye en las aulas. Y por otro lado, de la visión y la justificación de los planteamientos didácticos y organizativos del profesorado, asociados a este medio.

Los análisis de situaciones durante las prácticas escolares, muestran una variedad de factores que son relevantes a lo largo de los casos estudiados y las interacciones que existen entre todas estas.

Hay diferentes estrategias didácticas de maestras ante la presencia de la televisión en el aula:

Ø Optar por inhibirse ante la presencia de algo relacionado con la televisión por carecer de propuestas para su uso, creer que es perjudicial y carecer de sugerencias.
Ø Rechazar la presencia de algún objeto televisivo debido a la influencia que tiene sobre la infancia, y a la ausencia de análisis de lo que ocurre en el aula sobre la televisión.
Ø Mediar la presencia de un objeto televisivo, lo que es lo mismo, decidir dar respuesta a las situaciones que se dan en el aula, mediatizando así la influencia televisiva.
Ø Negociar con los alumnos los objetos televisivos existentes en clase para buscar soluciones que se puedan llevar a cabo a lo largo del curso.


Desde mi punto de vista, creo que la televisión se puede usar de forma bastante instructiva en el contexto escolar, teniendo siempre ayuda por parte de los padres recomendando a sus hijos qué deben ver y qué no, pero nunca prohibiéndoles nada. Que el horario de ver la televisión sea más moderado, ya que los niños actualmente pasan mucho más tiempo del que deben delante de ésta.

Por parte de los profesores, no tenerle miedo a sacar un tema relacionado con lo que los niños ven en la tele, los niños van a dar muchas pistas para que podamos seguirles el hilo y poder adaptar lo que ellos ven al contexto educativo.

A mí, la televisión me sirvió de bastante ayuda en el colegio, aunque sólo solía verla a la hora de la comida cuando llegaba del colegio y a la hora de la merienda. A medio día recuerdo cómo estaba impaciente por que empezase “Érase una vez” o “El cuerpo humano” y a la hora de estudiar me resultaba más fácil, ya que lo que veía en esas series tenía mucho que ver con lo que más tarde o más temprano tocaríamos en clase. Mi padre, ha sido siempre un forofo de los documentales de la 2 y como teníamos una sola tele, tocaba tragártelos enteros, al principio no me gustaban, pero al final acabe sentándome con él muchas tardes. Con lo de los documentales, sin darme cuenta del todo estaba aprendiendo cosas de nuestro entorno a nivel global casi sin darme cuenta, y con el paso del tiempo, cada vez soy más consciente de la gran ayuda que la televisión me aportó en relación con el colegio.

Mis padres no me prohibían lo que tenía que ver en la tele o no, ellos me dejaban ver lo que yo quisiera. Después de ver algo que a ellos no les pareciera adecuado, me preguntaban sobre lo que había visto, hasta llegar al punto en el cual yo me daba cuenta que algo no era apropiado para mí y aprendía a desecharlo por mi mismo; cosa que si me lo hubiesen prohibido, lo hubiese visto a escondidas.

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